Han oído que a nuestros antepasados se les dijo: “No asesines. Si cometes asesinato quedarás sujeto a juicio”. Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! (Mateo 5:21-22)
¿Por qué equipara Jesús el enojo con el asesinato? ¿Alguna vez has querido hacerle daño a alguien por el enojo que sientes contra esa persona? ¿Actualmente hay alguien contra quien estés enojado que no hayas perdonado?
Para profundizar: 1Jn.3.15