Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno. (Mateo 5:22)
¿Controlas tu boca? o ¿hablas insultando y maldiciendo a prójimo? ¿Estás consciente de los peligros que corres por no controlar tu lengua?
Para profundizar: Stg.3:2-12; 1Co.6:9-10