Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. (Mateo 5:39)
Sufrir la ofensa no es fácil, pero muchas veces es necesario, sino ¿cómo compartirías el evangelio a alguien después de haberle dado una paliza por el daño que te hizo? ¿Cómo le hablarías del amor de Dios que perdona nuestros pecados a una persona que le acabas de devolver el mal que te hizo? ¿Tendría poder tu mensaje?
Para profundizar: 1Pe.4:15,19, 3:9,13-14, 17-18; Lc.23:34