Luego Jesús fue de Galilea al río Jordán para que Juan lo bautizara, pero Juan intentó convencerlo de que no lo hiciera. —Yo soy el que necesita que tú me bautices —dijo Juan—, entonces, ¿por qué vienes tú a mí? (Mateo 3:13-14)
¿Alguna vez has tratado de convencer a Dios de que haga o deje de hacer algo? ¿Alguna vez no ha contestado tu petición? ¿Nos resentimos cuando no nos hace caso? ¿Nos resentimos si no nos da razón de su conducta?, o ¿confiamos que su decisión es lo correcto y la mejor opción por su amor y sabiduría?
Para profundizar: Nm.11:4-27, 31-35; 2Co.12:7-10